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Una "tribu" del siglo XXI del municipio malagueño de Ojén practica la dieta "crudívora"
Enric Ribera Gabandé Mientras en los fogones de la restauración del siglo XXI se debate sobre la cocina tecnoemocional y la aplicación en ésta de la nanotecnología con chefs que juegan con los sabores y nuevas texturas, surgen personas que se auto-definen como higienistas y naturalistas, y que después de muchos siglos de tradición alimenticia basada en lo crudo, continúan esta practica invariablemente. Se trata de la "crudivegana", con la que cuidan su organismo y evitan enfermar.
Un grupo de ciudadanos del municipio malagueño de Ojén, que ejerce a diario el nudismo en la finca de La Cascada rodeados de naturaleza y que se reunen, o bien por temporadas, o de forma permanente, asegura que éste el único régimen que no desvirtúa o destruye las propiedades de los alimentos, y que lo llevan a cabo porque al cocerlos, las enzimas se pierden, y éstas son necesarias para la digestión, asegura Balta Lorenzo, uno de los integrantes de esta comunidad, quien introdujo la dieta en España hace unos 18 años.
Los "crudívoros" manifiestan que es la dieta más antigua de las que se conocen, ya que antes de descubrir cómo hacer el fuego, la gente se alimentaba como el resto de los animales, con comida cruda. "La cocina no existe en la naturaleza, no hay plantas o árboles que den frutos cocidos, por lo que lo natural es el alimento crudo", asevera Balta.
Frente a esta dieta "crudívora" existe una variante conocida como la "frugívora", en la que tan sólo se ingieren frutas. En Francia cuentan con la corriente "Instinto Nutrición", que mezcla una alimentación basada en carne, pescado y huevos crudos.
No obstante, a los componentes de la "tribu" del siglo XXI de La Cascada, los animales sólo les interesan por su compañía.
Se impone comer frutas y verduras, pero esto sí ecológicas. Si no, el ejercicio naturalista dudo que sea auténtico.
E.mail: riberaenric@telefonica.net
www.rutasviajeras.com
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