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Y la cocina se hizo música...
Ana Calvo El chef japonés Jeff Ramsey es famoso en el mundo entero por su exquisita mezcla de la ancestral tradición gastronómica nipona con los más selectos productos españoles. Raimundo Amador, por su parte, es el artífice de la revolución del flamenco que hizo posible que la guitarra española arañara sus cuerdas a ritmo de jazz, blues o reggae. Si metemos a ambos en la "batidora" de The Chivas Studio, la casa del caballero moderno en Madrid, la combinación es inmejorable, pues el flamenco alimenta nuestros sentidos y la cocina se convierte en música celestial.
Dos fenómenos de la fusión se unen así con su arte y hacen que el lejano oriente se transporte al centro de la capital al tiempo que los mejores sabores de nuestra tierra deleitan los paladares más exquisitos en el Tapas Molecular Bar del exclusivo Hotel Mandarín de Tokio, donde Ramsey atiende cada noche a siete privilegiados con sus creaciones.
Ferviente admirador de Ferrán Adriá, de quién dice que es "lo más" y su "fuente de inspiración, pues todo lo que hace es arte", Jeff se enamoró de la gastronomía española cuando trabajó con José Andrés en el Restaurante Minibar de Washington.
Para demostrarlo, nos deleita en el Chivas Studio con Nigiri a la española, con arroz, vinagre y dorada del país acompañado de un pajarito de jengibre hecho con la tradicional técnica japonesa del "origami" (papiroflexia); Pastel pata negra de alga de espinaca al azafrán, donde la magia ha permitido convertir el líquido en sólido con las mejores materias primas de ambos paises; y, de postre, Helado de almendra con té verde hecho con nitrógeno líquido (que levantó las sonrisas cuando, al probarlo, a Raimundo Amador le salía "humo" por la nariz), seña de identidad de El Bulli, donde el chef declara que "nunca he estado, pero es mi sueño". Todo ello, regado por el mejor de los caldos, las notas desgarradas de Gerundina, la guitarra de Raimundo Amador, quien dice que "la cocina es el arte de la vida".
De su cocina, dice el japonés , que es "sabor, textura y entretenimiento" y que "no es difícil de comprender" y habla sin tapujos sobre quienes la critican, como el español Sancti Santamaría. "Es ridículo. No es que no entienda este tipo de comida, porque él también es un gran chef. Puede que el problema sea la envidia, a Ferrán, por ejemplo, que tiene más Estrellas Michelín."
Por su parte, Raimundo Amador, que sacará nuevo disco el año que viene, nos asegura que "me encanta meterme entre los fogones y preparar la comida a los míos". ¿Sus especialidades? "Las croquetas, los pimientos rellenos, las berenjenas gratinadas y la cazuela malagueña con fideos del cuatro y, en vez de boquerones que tienen un sabor muy fuerte para mis niños, con almejas gallegas".
Además, el guitarrista, que dice no querer meterse "en los jaleos de la SGAE porque estoy un poco revolucionario y seguro que, con lo que diga, meto la pata", nos confiesa que "lo he proclamado a los cuatro vientos y no me importa volver a hacerlo. Consumí durante años alcohol y drogas, y ahora que lo he dejado todo, me he dado cuenta de que lo que de verdad coloca y lo que te lleva al éxtasis es la música, mi droga natural".
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