|
«Inicio
Arguiñano, “o diviertes o te echan”
Enric Ribera Gabandé “O diviertes o aburres. No hay otra opción en televisión”. Estas savias (¿) palabras las pronunció el chef televisivo Karlos Arquiñano en la capital de Navarra en el acto de entrega a éste del premio “Pamplona de Gastronomía”, durante la celebración, en el mes de septiembre de 2008, del “III Congreso Mundial de Gastronomía y Salud”. No hay duda que tenía más razón que un santo. Hoy en día sus palabras tienen más vigencia que nunca; son más reales en una competida oferta que mantienen las diferentes cadenas en una lucha por no perder audiencia y subir el share.
En esta contienda de “diviertes o aburres”, Arguiñano se ha ido adentrando en los últimos años en un pabellón pantanoso que al final le ha atrapado entre sus propias tierras mojadas y aguas hundibles, en un programa que a medida que pasaban los meses, más perdía el norte de su argumento real. Nadie duda que el chef vasco, en la última década, realizaba un espacio dedicado a la cocina de casa. Recetas, más recetas, algunas de creación propia, otras sacadas de diversos recetarios con adaptación propia…Todo muy bien, sin discusión.
Pero que es lo que ha llevado a que Telecinco decidiese romper con el restaurador de Zarautz. Al margen de las desmesuradas pretensiones económicas que exigía para renovar el contrato, el haber perdido en los últimos cinco años 10 puntos de cuota de pantalla, una cifra muy superior a la bajada natural de audiencia registrada con motivo del nacimiento de la TDT y la fragmentación de la oferta televisiva.
No obstante, su gran error, y al fin y al cabo su gran desencadenante de derrota televisiva, ha sido el mezclar en un mismo espacio su temática (la que sabe y mucho), junto a un continúo capitulo de chistes machistas (malos, algunos pésimos) y la chunga y cantos desafinados que vertía durante su intervención delante las cámaras de Telecinco, lo que le convertía en algo repugnante. No hay duda que él ha sido su propio enemigo. Se ha cavado su tumba, programa a programa, huyendo cada día más de la esencia por la que fue contratato y conocido a nivel nacional para adentrarse en una especie de circo de bajísima calidad, que muchas veces daba pena verlo.
Al final, Arguiñano, te has convertido en prisionero de tus propias palabras. Aquello de “o diviertes o aburres” se te ha vuelto contra ti.
A la postre, se puede aplicar aquel refrán que dice, “o diviertes o te echan”.
E.mail: riberaenric@telefonica.net
www.rutasviajeras.com
www.lacuinadecatalunya.cat
«Inicio |
        
|