Bodegas Campos, arte, museo y cocina
No hay un solo metro en el que no se choque con un detalle que sorprenda, con un cuadro que atraiga, con una obra de arte que cautive
Pasar por Córdoba y no comer o cenar en el restaurante de Bodegas Campos es un error que cualquier visitante debería intentar evitar y es que en su interior se mezclan dos museos entre los que sería imposible decantarse, el del arte e historia de sus instalaciones y el de sus fogones. Del primero, poco hay que decir, sólo mirar y contemplar ese entramado de salones que van surgiendo a cada esquina, a cada cual más singular y especial; y del segundo, tan sólo hay que prepararse para disfrutar de los sabores, de las texturas, de los aromas.
Como en el resto de las instalaciones, en los numerosos salones que conforman la zona de restaurante de Bodegas Campos, la historia cordobesa se destila por sus paredes. No hay un solo metro en el que el comensal no se choque con un detalle que le sorprenda, con un cuadro que le atraiga, con una obra de arte que le cautive. Todo está milimétricamente previsto, desde las lámparas y sus luces hasta las mantelerías o la decoración de las mesas. Además, existe la posibilidad de elegir alguno de los salones privados que hay en su interior y que permiten dar a su comida un ambiente más íntimo.
MANJARES TRADICIONALES CON UN TOQUE DE HOY
La carta de platos del Restaurante está especializada en la cocina tradicional cordobesa, basada en la calidad de la materia prima de todos los ingredientes que utiliza, en la sencillez de sus platos y en ese toque de innovación que le han dado para adaptarse a las exigencias de los nuevos tiempos. Algunos expertos han resumido su cocina como natural y auténtica. Además, la carta cambia a lo largo del año para incorporar alimentos más típicos de cada temporada.
EL ENCANTO DE UN AMBIENTE ÚNICO
Uno de los espacios con más poso y encanto de Bodegas Campos es La Taberna, un lugar que ningún turista que visite Córdoba debería dejar de pisar si de verdad quiere empaparse de la cultura autóctona. Se ubica como antesala de los comedores y, aunque adaptada a los nuevos tiempos, responde fielmente al estilo y ambiente de la clásica taberna cordobesa, “ágora, mentidero y hasta un poco academia”.
La Taberna, siempre jovial y bulliciosa, abrió sus puertas a principios de 1995, y cinco años más tarde fue reformada y ampliada, tras incorporarse la contigua casa de Lineros 30 al resto de instalaciones. El visitante no debe dejar de probar las típicas tapas y raciones con profundas raíces caseras.
Las paredes de La Taberna son blancas hasta dos tercios de la altura y almagra en el tercio superior, mientras que en el techo persisten las vigas oscuras. A lo largo del muro, recayente a la calle Lineros, se extiende el mostrador de gruesa madera.
En un rincón de La Taberna, Bodegas Campos cuenta con un pequeño y bonito salón para pequeñas reuniones de amigos o compañeros de trabajo. Es ideal para disfrutar de un rato agradable y desenfadado. Este espacio ofrece a los comensales la tranquilidad e intimidad que buscan, separado del bullicio del resto de La Taberna.
En el salón, preparado para reservas de grupos de entre 14 y16 personas, se puede degustar la gastronomía más tradicional de la casa, bien pidiendo a la carta o bien contratando, con antelación, los menús elaborados.
Bodegas Campos
C/. Lineros, 32
14002 Córdoba
Tel. 957 497 500
www.bodegascampos.com
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